jueves. 28.03.2024

El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, ha defendido este jueves en el Congreso de los Diputados que el tercer grado concedido por su Departamento al ex presidente de Baleares, Jaume Matas, "no constituye ningún beneficio penitenciario ni privilegio gracioso".

Según ha dicho, el régimen abierto es "una de las dos formas" que existen de cumplir una pena y ha destacado que "en esa situación se encuentran más del 16 por ciento de los internos en España". Ha defendido además que las leyes penitenciarias españolas "potencian" el régimen abierto.

Sobre esas leyes que rigen las formas de cumplir las penas en España, ha añadido que "han sido reconocidas internacionalmente" en numerosas ocasiones. En virtud de esas leyes ha explicado que el tercer grado "se adecuará a los internos que por sus circunstancias estén capacitados para llevar un régimen de vida en semilibertad".

Yuste ha defendido que el sistema penitenciario en España "no es un sistema progresivo donde hagan falta ir cumpliendo uno a uno" los distintos escalones hasta la libertad condicional. Ha explicado que, siempre que esté en condiciones para ello, un preso puede ser clasificado de forma inicial en tercer grado.

EN CONTRA DE LA JUNTA

El responsable de Prisiones ha hecho estas declaraciones ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, donde ha comparecido a petición propia para dar cuenta de las razones por las que Instituciones Penitenciarias le concedió el tercer grado a Matas en contra de la decisión de la Junta de Tratamiento de la propia cárcel, que decidió mantenerle el segundo grado por cinco votos a tres.

La resolución defendía que "el interno mencionado está capacitado para vivir en régimen de semilibertad" e incluso "perfectamente preparado para su ubicación total en la sociedad". No obstante, matizaba que, "de llevar esta postura a sus más extremas consecuencias, la imposición del castigo para los autores de este tipo de delitos quedaría impune y se produciría una desigualdad en la aplicación de la ley penal.

Los cinco votos a favor de mantenerle en prisión fueron suscritos por la jurista, la jefa de servicios, el educador, la psicóloga y la trabajadora social. En cambio, a favor de concederle el tercer grado fallaron el director de la cárcel, el subdirector y el jefe de los servicios médicos.

El recurso presentado por la Fiscalía contra este tercer grado se decidirá la próxima semana. El propio responsable de Prisiones se ha hecho eco de este recurso del Ministerio Público, según el cual, reconoce que la decisión de Prisiones se enmarca en la legalidad

Yuste ha defendido ante la Comisión de Interior que todos los integrantes de la Junta de Tratamiento, incluso los partidarios de mantenerle en segundo grado, estaban de acuerdo en que Matas, condenado a nueve meses por tráfico de influencias, "estaba capacitado para llevar una vida en semilibertad". En ese sentido, ha añadido que "no parece razonable" que se piense que esté capacitado para ello y al mismo tiempo se considere un peligro para el resto de los ciudadanos.

DE ALTA DE AUTÓNOMO A LOS 35 DÍAS

Matas se dio de alta en la Seguridad Social como trabajador autónomo el 1 de septiembre, apenas 35 días después de ingresar voluntariamente en prisión, según los datos recogidos por Europa Press. Cuatro días después escribió una carta a la Dirección de la cárcel en la que aseguraba que "necesitaba" retomar su actividad como economista. La posibilidad de trabajar ha sido una de las razones esgrimidas por Yuste a la hora defender la concesión del tercer grado en contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la cárcel de Segovia.

Matas ha pasado en pocos días de disputar torneos de "frontenis" contra otros presos dentro de los muros de la cárcel de Segovia a retomar sus actividades como licenciado en Económicas. No ha sido contratado en ninguna empresa, sino que trabaja por cuenta propia como autónomo. En concreto, asegura realizar trabajos como consultor en un despacho situado en el número 105 de la calle Don Ramón de la Cruz del centro de Madrid.

"Es mi voluntad y necesidad reiniciar con carácter inmediato esta actividad profesional que se centra en el campo de la consultoría y de desarrollo", pedía Matas el pasado 5 de septiembre al subdirector de tratamiento de la cárcel de Segovia en una carta escrita de su puño y letra. Habían pasado tan sólo 39 días desde que había ingresado por voluntad propia en el centro penitenciario segoviano el 28 julio.

Para el desempeño de su labor profesional, Matas fue dado de alta en la Seguridad Social el 1 de septiembre cuando todavía cumplía condena clasificado en segundo grado penitenciario. Declara una base de cotización de 875,70 euros mensuales, que es la base mínima para autónomos (la máxima es de 3.597 euros).

CAMPEONATOS DE FRONTENIS

De 57 años de edad, se encontraba cumpliendo una condena de 9 meses y un día por un delito de tráfico de influencias. Durante su estancia en prisión estuvo siempre ingresado en el Módulo de Enfermería debido a una discapacidad auditiva.

"Desde su ingreso en el Módulo de Enfermería realiza sus labores de limpieza como el resto de internos, sale todos los días al Polideportivo a realizar actividad física y se ha apuntado a un campeonato de frontenis", decía el informe de conducta elaborado por la prisión el 25 de septiembre.

En cuanto a su conducta grupal, "no tiene problemas con los internos del departamento. No presenta conflictos de convivencia. Su actitud de convivencia es correcta". Por otra parte, tenía comunicaciones regulares con sus familiares. El tercer grado concedido por Instituciones Penitenciarias obliga a Matas a dormir todos los días entre semana al Centro de Inserción dependiente de la cárcel se Segovia. El resto de tiempo vive con su mujer y el menor de sus tres hijos.

Prisiones explica que Matas está en régimen abierto porque le correspondía por Ley