jueves. 28.03.2024

La delegada del Gobierno en Baleares, Teresa Palmer, se ha unido este mediodía la “más absoluta condena y repulsa del ataque terrorista que sufrió ayer el corazón de Europa”, unas palabras pronunciadas tras el minuto de silencio celebrado en la puerta de la Delegación del Gobierno.

Como representante del Gobierno central en las Islas, Palmer ha señalado que el “atentado salvaje que le costó la vida a 12 personas en un semanario parisino merece mi total repulsa y la de todos los ciudadanos de bien porque, no sólo atenta contra uno de los principios básicos de la democracia como es la libertad de expresión que ejercemos todos cada día y que recogéis vosotros -los medios-, sino que supone un ataque contra nuestro sistema democrático, el sistema que compartimos con gran parte de Europa y en todo Occidente y que está basado en las libertades y los derechos individuales”.

Respecto al nivel 3 de seguridad activado ayer por la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, Palmer ha recordado que “supone un refuerzo en el control y la vigilancia de los accesos de entrada y salida (puertos, aeropuertos y fronteras) de todo el país, por tanto también aquí en Baleares, y también una mayor protección de instalaciones de especial significación”.

No obstante, ha añadido que, como bien han señalado diferentes miembros del Gobierno, “esto no significa que haya datos que aumenten el nivel de amenaza en España”, sino que "se ha elevado el nivel de alerta de manera transitoria por prudencia”.

El sencillo acto de condena celebrado en la puerta de la Delegación del Gobierno ha contado con la presencia de mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, jefes de diferentes áreas de la Administración General del Estado y representantes de la política balear encabezados por el president del Govern, José Ramón Bauzá; el vicepresidente del Govern y conseller de Presidència, Antonio Gómez; o el acalde de Palma, Mateo Isern, entre otros.

Palmer muestra su “más absoluta condena y repulsa” por el ataque terrorista de París