viernes. 29.03.2024

El mismo domingo en el que el Mallorca ha amanecido en descenso, la afición se acostará soñando que el milagro del ascenso es posible. En esa paradoja vive ahora mismo todo el mallorquinismo, tras sumar en el Toralín la segunda victoria consecutiva (0-2) que pone fin a una racha de ocho meses sin ganar lejos de Son Moix y que permite por fin a los isleños echar algo de tierra de por medio respecto a la zona baja.

El Mallorca de la segunda vuelta es otro. La mano de Fernando Vázquez ha dado un nuevo aire al equipo, ausente en las dos temporadas y media en las que los isleños se han arrastrado por la Liga Adelante. Con pleno de puntos y la portería a cero, las nuevas incorporaciones prometen regalar muchas alegrías a la afición. Ahora sí se ve un equipo con calidad y con potencial para aspirar a cualquier cosa. Y sólo el lastre del primer tramo del Campeonato se puede interponer en el asalto a las primeras posiciones de la tabla, que siguen todavía hoy muy lejos.

Con Lago Junior en el once titular, y Ortuño esperando su oportunidad desde el banquillo, el nuevo Mallorca de Fernando Vázquez salió esta tarde ante la Ponferradina bien plantado al terreno de juego, muy lejos de la imagen dejada en sus dos anteriores visitas a El Toralín. De los bermellones sería la mejor ocasión en la primera mitad, un doble larguero de Costas y Acuña que a punto estuvo de convertirse en el primer gol de los isleños.

En la reanudación, el Mallorca sabría esperar su momento que, como ya sucedió ante el Valladoild, llegaría a través de un penalti, cometido esta vez sobre Brandon y transformado por Pereira. Faltaba algo menos de un cuarto de hora para el final. Instantes después, Ortuño remataba a puerta y lograba, con la colaboración de un defensa, un gol que invita a pensar en el arranque de una remontada.En el final de una etapa gris y mediocre, y en el inicio de una nueva era.

Empieza la remontada