De forma gris, sufriendo hasta el último suspiro y sin aprovechar el hecho de jugar con un futbolista más durante más de medio partido. Pero el Real Mallorca ha culminado la fiesta del Centenario con un triunfo por la mínima ante el Real Oviedo (1-0). Tres puntos celebrados por las cerca de 15.000 personas que han acudido este sábado a Son Moix, y que dan aire al equipo de Fernando Vázquez en un momento crucial, cuando los puestos de descensos ya amenazaban a los isleños.
En una jornada festiva que culminaba toda una semana de fastos por los 100 años del club, el Mallorca no ha estado a la altura, más si cabe en la primera mitad, cuando los locales apenas han inquietado la portería de un bien asentado rival, que llegaba a Palma situado en el tercer lugar de la clasificación.
La reanudación no ha dado mucho más de sí, pero al menos ha servido para que subiera al marcador el gol que a la postre daría la victoria. Ha sido de hecho un jugador del Oviedo, David Fernández, quien en su intento de enviar un balón a córner lo ha introducido en su propia portería, haciendo inútil la estirada de su portero.
Antes, en el 37 de la primera, el Oviedo se había quedado con un hombre menos. Sin embargo nunca el Mallorca ha aprovechado esa superioridad numérica. De hecho, con el paso de los minutos el equipo ha ido reculando metros sobre el terreno de juego, y el Oviedo hubiera podido conseguir el empate hasta en una última ocasión que han disfrutado en el minuto 91.
No ha sido desde luego una exhibición de fútbol la que han ofrecido los jugadores a Robert Sarver y Steve Nash, presentes en el palco del Iberostar Estadio. Pero al menos han retenido los puntos y alejan de forma momentánea el fantasma del descenso a Segunda división B.
