sábado. 20.04.2024

La Audiencia Provincial de Baleares juzgará entre el lunes y el viernes de la próxima semana al párroco de Can Picafort acusado de abusar sexualmente y de forma reiterada, entre 1997 y 1998, a una monaguilla que entonces contaba con diez años de edad. La Fiscalía reclama para él 42 años de cárcel.

En concreto, el juicio tendrá lugar a partir de las 10.00 horas en la Sección Segunda de la Audiencia. Sobre el inculpado, Pedro Barceló, pesan presuntos delitos abusos y agresión sexual, por los que el Ministerio Público solicita además que se le prohíba acercarse a la menor a una distancia inferior a 500 metros.

Según la acusación, el sacerdote, quien fue destinado en junio de 1996 a ejercer su ministerio como párroco de la Iglesia de l'Assumpció de Maria, a principios de 1997 entabló relación con su víctima al acudir ésta a la catequesis de forma regular y realizar labores de monaguilla junto a otro grupo de menores.

En un primer momento, tal y como relata la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, Barceló, administrador parroquial de Can Picafort, sentaba a la menor en sus piernas, aprovechando el visionado de unas diapositivas de un viaje a Burundi para tocarle el pecho por encima de la ropa, así como las piernas y los muslos con la excusa de enseñarle a conducir.

El acusado también aprovechó las ocasiones en que los niños, en un ambiente distendido, jugaban al tenis, iban a la piscina del vecino o dormían la siesta en una de las habitaciones. Así, en una de esas ocasiones en que no había presencia de adultos, llevó a la menor a su habitación, comenzando a tocarla por encima de la ropa y besándola en la boca.

Al rechazarlo la víctima, el párroco insistía sin soltarla, sujetándola fuertemente de los brazos para que no pudiera moverse ni escapar, tras lo cual la desvistió para después quitarse él la ropa y continuar con los tocamientos. Los episodios tenían lugar en reiteradas ocasiones -de forma semanal-, normalmente en la habitación del acusado e incluso en el domicilio de sus padres.

En verano de 1997, prosigue el Ministerio Público, el eclesiástico fue sorprendido cuando en el sofá de la parroquia abusaba de la menor, momento en el que no fue denunciado, por lo que ante "una inmensa sensación de impunidad" y al transcurrir el tiempo sin consecuencias, a principios de 1998 llevó nuevamente a la monaguilla a su habitación, violándola hasta en diez ocasiones.

La Fiscalía abrió una investigación a raíz del episodio del sofá, mientras Barceló advertía a la niña que "si decía algo lo pagaría caro", motivo por el que en la declaración que prestó el 20 de julio de ese año la menor negó los hechos. Finalmente, estos fueron denunciados más de cuatro años después, el 27 de noviembre de 2012, ante la Guardia Civil de Santa Margalida.

En marzo de 2011, el Obispado de Mallorca suspendió cautelarmente a Barceló después de que conociera el caso de otra mujer de Cala Ratjada que denunció que el sacerdote había abusado de ella cuando era párroco de la localidad.

El Tribunal Eclesiástico de Mallorca le declaró culpable de abusos sexuales a menores, por lo que se le impuso la máxima penal canónica, que es la expulsión del estado clerical. El Obispado de Mallorca argumentaba que la decisión de la Iglesia de declararle culpable se debía a "la comisión de delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo con menores".

Con todo, el Tribunal consideraba "gravísimos los delitos", por lo que "le impone la pena máxima de la expulsión del estado clerical, prohibiendo totalmente el ejercicio de su ministerio sacerdotal". El Obispado justificó que el Tribunal Eclesiástico haberse atendido al ordenamiento jurídico vigente de la Iglesia de Mallorca, tras el proceso penal oportuno.

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