viernes. 29.03.2024

Tras el fallecimiento ayer del torero Víctor Barrios en la plaza de Teruel, de 29 años, el primer torero fallecido en España desde 1985, las redes sociales se han incendiado con todo tipo de comentarios de personas que se alegran del fallecimiento del matador.

La opinión pública se divide entre los que dan el pésame a la familia por la muerte de Barrios y los numerosos antitaurinos que critican la práctica. Muchos de ellos celebran la muerte de Barrios y muestran alegría por ello:

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Gran parte de los internautas no solo no lamentan su muerte, sino que la celebran y atacan a la familia en las redes sociales.

Este diario ha contactado con Carmen Rojas, representante de la Asociación Animalista de Baleares (ASSAIB), para conocer el punto de vista de la agrupación en relación a este fenómeno y el impacto del fallecimiento de un torero en los seguidores de las corridas. Rojas afirma que la opinión de una persona en relación a alegrarse o no por la muerte de un torero "es algo personal de cada uno". Explica que "a uno le puede alegrar, entristecer o puede darle igual". Considera que es una postura de cada uno y que no es censurable opinar o expresar eso: "Si lo hace será porque tiene sus razones personales para hacerlo". Recuerda que además de respetable, "no es una ilegalidad". Afirma que "si a los taurinos esos puntos de vista no les gustan, que los ignoren, al igual que yo no tengo por qué tragarme comentarios de taurinos que no me gustan. Lo que hago es no prestarles atención ni comprar los medios que les dan soporte", afirma.

Rojas recuerda que "evidentemente en la ASSAIB somos antitaurinos totales". En relación a si se produce un duelo entre el torero y el animal, ella explica que ese argumento no se sostiene: "En ningún momento es de igual a igual. Desde que sale a la plaza, el toro ya está en una situación de desventaja. Ya ha sido taladrado, ha perdido litros de sangre, está rodeado por música, gente y otros elementos ajenos. El animal está asustado y ha pasado por un transporte hasta llegar a la plaza, ya sea en barco o camiones", explica.

Además, recuerda que la presencia del torero siempre es voluntaria y que es él el que decide arriesgar su vida: "Al toro nadie le ha preguntado si quiere estar allí. Él solo quiere continuar su vida tranquila en la naturaleza y nada justifica que la muerte se convierta en un espectáculo". Sin embargo, celebra que esta tradición está empezando a desaparecer: "La sociedad se ha sensibilizado y las nuevas generaciones no apoyan esa fiesta".

Al preguntarle sobre si el fallecimiento del torero puede hacer que los taurinos se replanteen su postura, niega que eso vaya a ocurrir: "Que muera el torero no les va a hacer cambiar de opinión. Siguen con su cegada obsesión de mantener esta práctica y que se extienda en el tiempo". Recuerda que a pesar de los fallecidos que ha habido en España a causa de fiestas taurinas no han abierto un debate entre las personas que están a favor de ellas. Recalca que el debate acerca de eliminar las prácticas taurinas solo surge "por parte de animalistas y personas sensibles, que voluntariamiente han decidido movilizarse para acabar con ellas".

Carmen Rojas, ASSAIB: "Alegrarse o no por la muerte de un torero es algo personal"