jueves. 28.03.2024

Una víctima del Crucero Baleares ha pedido la exhumación de los asesinados por el buque

Un total de 30 asociaciones vecinales, sindicatos y partidos políticos han creado la asamblea 'Sa Feixina Sí que tomba' para impulsar el derribo del monolito, alzado por el régimen franquista en honor a las víctimas del Crucero Baleares, un buque de guerra hundido por las tropas republicanas durante la Guerra Civil en el que fallecieron 786 personas.

En una presentación pública celebrada la mañana del lunes, el portavoz adjunto de la asamblea, Josep Bronet, ha asegurado que esta organización "impulsará, por la senda democrática, la desaparición en nuestras calles de este claro ejemplo de exaltación fascista", ante la "lentitud y reciente paralización" en el proceso de derribo del monolito.

Dolors Martín, doctora en Historia, ha citado la condena de la dictadura franquista realizada por la ONU en 1946 y el  Consejo de Europa de 2006, que fue votado a favor de todos los grupos políticos europeos a excepción del PP. La doctora ha recordado los bombardeos realizados durante la guerra contra la población civil por parte del Baleares y ha lanzado una acusación indirecta a ARCA al acusar a los que "prefieren defender piedras antes que buscar los cuerpos de todas las personas" que todavía se mantienen anónimas en fosas comunes. Ha ironizado en contra del argumento de ARCA de que el monumento es una muestra de arte decó para decir que Sa Feixina es una muestra de art decó-llons y un insulto para todos los familiares de las víctimas que siguen sin localizarse.

Paco Ferrer, que sobrevivió a la conocida como "carretera de la muerte" o Desbandá, en la que fallecieron 5000 personas, recordó cómo el crucero Baleares bombardeaba la carretera de la costa y ha afirmado que le "sabe mal por todas las personas que murieron en el crucero, pero al menos sus familiares recibieron todos sus cuerpos, mientras que sus víctimas todavía resposan en muchas cunetas". Además del Baleares, en ese bombardeo también participaron el Canarias y el Almirante Cervera, provocando una de las mayores masacres de la Guerra Civil.

Finalmente ha intervenido Tonina Mercadal, de Memoria Histórica de Mallorca, que ha hecho una referencia al orden de derrumbe y la respuesta en forma de recursos presentados por las diferentes entidades contrarias a él.

Bronet ha argumentado a favor del derribo del monolito que "una situación como esta es desconocida en los países democráticos de nuestro entorno" porque estos han mantenido "los espacios de represión como centros de memoria", en alusión a los campos de exterminio nazis, y también "han retirado de las calles todos los elementos arquitectónicos de exaltación fascista".

Además, considera que "para conocer esta etapa funesta de nuestra historia reciente podemos recorrer museos, bibliotecas y aulas escolares sin necesidad de convivir con la simbología que un régimen criminal y antidemocrático puso en nuestras calles para perpetuarse" y que "es una vergüenza mantener un monumento que exalta ideas antidemocráticas".

Por último, ha añadido que "es evidente que el daño provocado por 40 años de dictadura es todavía notable" y que "contamos con una izquierda que cuando gobierna lo hace acomplejada y con una derecha que no tiene ningún inconveniente en defender la simbología franquista".

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Nace "Sa Feixina Sí que tomba" para impulsar el derribo del monumento