viernes. 29.03.2024

El viernes se paralizaron las polémicas obras realizadas en el emblemático restaurante de s'Eixerit. Este diario se ha puesto en contacto con Toñi Fernández, de Salvem el Molinar, que junto a la Asociación de Vecinos Vogar y Ciar se han movilizado para detener las obras ilegales y la transformación del local en un bar de copas.

Fernández ha explicado que en la actualidad se está viendo "que se hacen obras desproporcionadas en el Molinar, a pesar de que tiene una estructura limitada". Ha señalado que es un barrio atractivo para montar negocios y "tomar una copa delante del mar", pero que precisamente eso puede provocar que "si se siguen construyendo bares en viviendas puede convertirse en un Ocimax pegado al mar".

Por las molestias y quejas de los vecinos, las agrupaciones se dirigieron al Ayuntamiento para detener las obras y para su sorpresa la reforma se estaba realizando de manera ilegal: "La obra se hacía sin permiso, y eso es algo que se nos exige a cualquier persona. Lo denunciamos y por ello el Ayuntamiento lo ha cerrado", explica.

La principal queja relativa al negocio es que, aparte de que no tenía permiso de obras, "no es adecuado para un lugar como el Molinar". Fernández ha comentado que es "de una magnitud increíble" y que incluso "se ha hecho una piscina en el patio", haciendo que s'Eixerit hoy "no tenga nada que ver con la casa original".

"Nosotros no vamos a consentir que se construya así impunemente en el Molinar, un barrio que tiene unas características en concreto, y más sin permiso y fuera de la legalidad", ha sentenciado. Ha afirmado que "las leyes son para todos" y que "ningún vecino puede hacer una obra sin permiso".

Al preguntarle si creen que han conseguido detener las reformas, comentan que han conseguido que se paralicen y que por el momento se conforman con la multa impuesta al dueño del local: "Queremos que se restituya el mal que se ha hecho. Han de presentar un nuevo proyecto, empezar de cero". Ha destacado que "posiblemente tengan que destruir este", el que se ha paralizado tras la denuncia.

Ante la cuestión de si las organizaciones de vecinos que han presentado la demanda buscan la clausura definitiva del local, Fernández ha explicado que de momento "queremos que no se abra en las condiciones en las que está". Si finalmente se legaliza y el Ayuntamiento lo ve dentro de la normalidad urbanística y adecuado a las necesidades y características de la zona, "el problema es de ellos y el Ayuntamiento". Sin embargo, ha insistido en que "en condiciones de club de copas y con un aforo desproporcionado no queremos que se abra".

Toñi Fernández ha comentado que el objetivo actual es obtener una moratoria para que el Molinar tenga una protección específica, como Santa Catalina. "No queremos un barrio de bares, esto es un tejido vecinal y las casas se han de usar para lo que son".

Explica que la posibilidad de que haya alguno es "estupenda", pero que el Molinar quiere un turismo de clase alta, de paseo y de contacto con el mar, huyendo del tipo de público que buscan los locales de copas.

Al preguntarle si el problema principal viene de los ruidos, Fernández explica que "es un barrio muy tranquilo en el que vive gente trabajadora. No vamos a permitir un follón así". Ha explicado que van a luchar hasta conseguir esa protección especial.

En el caso de que un local de ese estilo sea legal, ha explicado que el dueño es responsable de "mirar lo que es tóxico para tu entorno. Si hay sentido común, perfecto. Si no lo hay, la gente saldrá a protestar. No vamos a consentir que toda la primera línea sean bares", ha concluido.

"No vamos a consentir que toda la primera línea del Molinar sean bares"