jueves. 28.03.2024

Muchos lo sufren: es como el síndrome post-vacacional de cada final de verano, pero después de las Navidades. Cuando se supone que debemos estar más contentos y más descansados (los niños vuelven al colegio, se han terminado las comilonas y los compromisos sociales y familiares…) resulta que ‘nos caemos’ física, psíquica y emocionalmente.

Así lo definen algunos especialistas: Síndrome de las ‘Black Christmas’.

Bajo estado de ánimo, repunte del estrés y la ansiedad y desorden biológico, provocado en muchas ocasiones por el cambio horario y la disminución progresiva de las horas de luz solar, son algunos de los síntomas más habituales. Y tampoco nos alimentamos debidamente.

Oh, ‘Negra Navidad’

Entre diciembre y enero, una apretadísima agenda de compromisos sociales y laborales no del todo deseables, el exceso de compras realizadas bajo presión por las potentes y limitadas ofertas heredadas de otros países (“Black Friday”, “Cyber Week”, etc), la temida organización de los viajes navideños y eventos familiares, la falta de descanso nocturno y, por último, los excesos dietéticos derivados de todos los anteriores.

Y es que existe una relación muy estrecha entre el estrés, la ansiedad y la privación del sueño, con el consumo desmesurado de alimentos hipercalóricos que, como está demostrado científicamente, palían momentáneamente la sensación de ansiedad.

Esto responde a una activación de nuestro sistema de recompensa neurológico, pero que más tarde termina agravándola, provocando un exceso de peso y grasa corporal que incrementa el decaimiento anímico, la sensación de culpa y la ansiedad, incrementada por esos kilos de más.

Dormir más y mejor

Ya que no hemos podido prevenir esta situación, intentemos, según consejos, expertos, alimentarnos mejor, empezar alguna actividad física y decantarnos por un día a día más saludable.

Y para el año que viene, intentemos planificar las fiestas con un poco más de antelación y calma, para que se adapte a nuestros deseos y necesidades reales. Otra de las medidas que podemos tomar para mejorar esta situación es tener una correcta rutina del sueño. En relación al abuso de turrones, dulces, grasas y bebidas alcohólicas, intentemos compensar al día siguiente con menos calorías, alimentos más frescos y dormir una cantidad de horas adecuadas.

La cuesta de enero tampoco ayuda, hemos gastado demasiado y ahora hay que apretarse el cinturón. En todos los sentidos.

‘Black Christmas’, el Síndrome post-alegría navideña