jueves. 28.03.2024
Caballos sacrificados
Caballos sacrificados

 

La Policía Nacional ha dado por finalizada la operación “VADO”, tras la detención de un empresario dueño de un conocido Club de Equitación en Palma de Mallorca por un delito contra los derechos de los trabajadores y maltrato animal, además de robo con fuerza.

Las investigaciones se iniciaron en el mes de noviembre, a raíz de la denuncia de uno de los trabajadores en las que se relataban las condiciones abusivas en las que se encontraban los empleados.

Las víctimas eran obligados a realizar jornadas laborales de hasta 12 horas diarias durante todos los días de la semana, cuando sus contratos de trabajo en ocasiones era de  30  horas a la semana, percibiendo la cantidad que en ocasiones no superaban los 800 euros de salario, sin derecho a pagas extra. Se incumplían las vacaciones anuales sistemáticamente, no disfrutaban del período vacacional establecido por convenio ni la compensación correspondiente por vacaciones no disfrutadas, bajo la amenaza de ser despedidos.

Los trabajadores realizaban funciones de camareros, cocineros, limpieza o bien labores de mantenimiento y al finalizar su relación laboral con la empresa no percibían ningún tipo de finiquito correspondiente al tiempo trabajado.  Asimismo y a pesar de realizar jornadas laborales de 12 horas diarias, eran vejados constantemente con frases como “INÚTILES, NO VALÉIS PARA NADA”, constata la denuncia.

Maltrato animal

También era frecuente el maltrato a los caballos, no se avisaba al veterinario cuando estaban enfermos para ahorrarse el dinero, siendo uno de los empleados el encargado de suministrar medicamentos a los mismos y cuando los caballos enfermos no tenían cura, el dueño del club los ejecutaba, siendo los mismos enterrados en la finca, junto acuíferos en los que brotaba agua a pesar de ser recriminada esta acción por los mismos. Asimismo una de las aficiones del dueño era matar gatos de la finca disparándoles con la escopeta alegando que: “HAY MUCHOS”.

Otra de las actividades realizadas en la finca era la destrucción de embarcaciones que ya no tenían reparación, mandando esta tarea así como otras de reparaciones de embarcaciones a los trabajadores,  sin equipo de protección, ni gafas protectoras, ni mascarilla, con el correspondiente riesgo para la salud a pesar de haber sido solicitado dicho  material, por los trabajadores en numerosas ocasiones. Que una vez se encontraban los barcos descuartizados, la fibra de vidrio se enterraba en la misma finca o se abandonaba en la finca contigua.

18.1.17 finca

Detenien al dueño de un club de equitación por maltrato animal y explotación laboral