jueves. 28.03.2024
Las mujeres eran obligadas a prostituirse
Las mujeres eran obligadas a prostituirse en la calle y en clubes de alterne

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal de origen nigeriano dedicada a la trata de mujeres de su misma nacionalidad, para su posterior explotación sexual en clubes de alterne y calles de la localidad de Benidorm (Alicante). La banda captaba a víctimas muy jóvenes sumidas en situación de extrema pobreza en su país, las sometía a rituales de vudú y les ofrecían trabajos dignos y bien remunerados en Europa. La operación ha concluido con la detención de cuatro personas, dos de ellas en Palma.

Tras aceptar la oferta y viajar con los miembros de la organización, una vez llegaban a España se encontraban con una realidad bien distinta. Así, las mujeres eran obligadas a ejercer la prostitución en jornadas "maratonianas" para poder saldar la "deuda" contraída con los tratantes, que rondaba entre 40.000 y 45.000 euros.

La operación policial ha concluido con la detención de cuatro personas, dos en Benidorm y dos en Palma, y se ha liberado a dos mujeres que eran víctimas de explotación sexual, ha destacado la Policía a través de un comunicado.

La investigación comenzó a raíz de otra operación llevada a cabo a finales del pasado año. El análisis pormenorizado de toda la documentación intervenida permitió a los agentes descubrir estrechos vínculos entre la organización desmantelada en aquel momento y la desarticulada en esta ocasión.

La organización estaba formada exclusivamente por ciudadanos de origen nigeriano sus máximas cabecillas dos mujeres, que según se desprende de las investigaciones, llevaban dedicándose profesionalmente a la explotación sexual de mujeres de su misma nacionalidad desde hacía años, estando sumamente especializadas en este tipo delictivo y adoptando incluso medidas de seguridad para evitar ser descubiertas por la Policía.

Cada una de ellas controlaba su propio grupo de mujeres, compartiendo tanto infraestructura como logística, pues alojaban a las víctimas en las mismas viviendas y utilizaban los mismos vehículos y personas para trasladarlas y controlarlas en el ejercicio de la prostitución.

Por lo demás, se trataba de una organización de marcado ámbito internacional, con contactos en Dinamarca y Francia principalmente, además de en los distintos países por los que pasaban las víctimas desde Nigeria hasta España.

Ritos de Vudú

La organización tenía definidas claramente las tareas de sus distintos integrantes, comenzando por la captación de víctimas en su país de origen, Nigeria. En aquel país buscaban a mujeres muy jóvenes, que vivían en la más absoluta pobreza, a las que ofrecían trabajos dignos y bien remunerados en Europa.

Una vez aceptaban las ofertas, eran sometidas a rituales de vudú, estableciendo de este modo una especie de contrato por el cual prometían fidelidad a la organización y cuyo incumplimiento les acarrearía terribles consecuencias, e incluso la muerte, tanto a ellas como a sus familias.

Tras los rituales, los contactos de la organización en Nigeria trasladaban a las víctimas a Níger, desde donde otros miembros las acompañaban hasta Libia, custodiándolas allí hasta que podían enviarlas a Italia.

La organización también utilizaba otras rutas, trasladando a algunas víctimas hasta Egipto, como paso previo a Europa.

Con el fin de tener el máximo control sobre las víctimas, eran las propias parejas sentimentales de las líderes quienes se encargaban de las labores de transporte, recogiéndolas personalmente en Italia y acompañándolas en su viaje hasta España.

Para evitar su detección, proporcionaban a las chicas documentación de otras mujeres de origen nigeriano que se encontraban en España en situación legal, con lo que se aseguraban no tener ningún problema con las autoridades.

Una vez en nuestro país, eran alojadas en pisos de la organización en la localidad de Benidorm e informadas de la verdadera finalidad de su viaje, de la deuda contraída con la organización (entre 40.000 y 45.000 euros), y que debían ejercer la prostitución hasta saldarla por completo.

Tras un mes aproximadamente, las trasladaban a Bilbao, donde las instruían para que solicitaran protección internacional. Una vez obtenían su estatus de solicitantes de asilo, regresaban ese mismo día a Benidorm e inmediatamente comenzaban a ser explotadas sexualmente.

Debían trabajar todos los días de la semana sin descanso, durante jornadas maratonianas, tanto en la vía pública, como en diferentes locales de alterne de la localidad alicantina.

Los agentes han podido constatar que todos los miembros de la organización vivían exclusivamente de la explotación de las mujeres, gozando de un elevado nivel de vida y enviando buena parte de los beneficios obtenidos de dicha actividad a Nigeria para subvencionar nuevos episodios de trata de seres humanos.

La investigación ha culminado con la completa desarticulación de la organización en España, tanto a nivel de explotación de las víctimas como de blanqueo de los beneficios obtenidos con dicha actividad.

Se ha detenido a cuatro de sus miembros -dos en Benidorm y dos en Palma-, que han ingresado en prisión provisional sin fianza, y se ha liberado a dos víctimas que estaban siendo explotadas sexualmente por los anteriores.

También se han practicado tres registros domiciliarios, dos en Benidorm y uno en Palma, en los que se ha intervenido documentación contable, documentos de identidad falsos, documentación de las víctimas, anotaciones de los clubes de alterne en los que se explotaba a las víctimas y abundante material informático y terminales de telefonía móvil, que están siendo analizados por expertos.

La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y las Unidades contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales de Alicante y Palma.

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