Mis abuelos, Jaume y Teresa, se conocieron en Es Born, en ese mismo lugar se concentraba un amplio abanico de algunos de los mejores lugares de encuentro de Palma, yo mismo he llegado a tomar un té con una nube de leche en el Miami, o vi el estreno de Star Wars en la sala Born.
Es Born era un lugar de paseo, el lugar en el que Franco quiso dejar su nombre y a pesar de la placa, popularmente, nunca fue cambiado.
Ahora este Born nuestro, de toda la vida, donde uno se sentaba y veía la vida pasar, ha pasado a ser un lugar para guiris, es la última esencia de la batalla perdida entre los nativos y los visitantes, es Born ha perdido su personalidad, ahora es un rincón más de Ciutat, donde se pueden encontrar escasas exclusividades y exactamente lo mismo que en Porto Pi o el Fan.
Hemos vendido la ciudad, somos una franquicia de algún lugar del Mediterráneo, o ni eso, una copia barata de la ciudad que pudimos llegar a ser, y sin embargo se sigue viviendo bien en Palma, seguimos teniendo una ciudad cómoda, atractiva, bien comunicada… pero sin personalidad.
Es tan escasa su personalidad que ahora va a dar lo mismo tener un alcalde que apoya a Susana Díaz que otro nacionalista, todo va a seguir igual, y es más, dentro de dos años será lo mismo a quién votar, Ciutat necesita más pasión y menos preocupaciones de intercambios de sillón.
Necesitamos de manera urgente recuperar en gran parte aquella Ciutat esvaïda de Verdaguer, dejar un poco de lado Palma y reivindicar mucho más Ciutat.