El empresario Bartolomé Cursach ha asegurado que "nadie ha ofrecido dinero" para cambiar la declaración de ningún testigo. Es más, ha añadido que no se ha puesto en contacto con nadie. Y, que no conoce al acusado de haber amenazado al testigo protegido.
En un principio, Cursach no pretendía declarar en el juicio por amenazas a un testigo protegido. "Me siento maleducado, pero señoría no voy a contestar a ninguna pregunta", ha dicho el empresario en su intervención por videoconferencia desde la prisión de Alicante.
Ante estas palabras la jueza del caso, Francisca Ramis, le ha advertido que "no tiene más remedio que contestar". De hecho, de no hacerlo, "puede incurrir en un delito" ha añadido la magistrada.
Por eso, se le ha dado un tiempo para que contacte con sus abogados, quienes le habían aconsejado no declarar.
Finalmente, ha contestado solo al abogado defensor del encausado ya que la Fiscalía ha manifestado que no iba a realizarle ninguna pregunta.
Por su lado, el director general de Grupo Cursach Ocio, Bartomeu Sbert, se ha manifestado en un sentido similar. Y, ha dicho, "llevo cinco meses en prisión preventiva, considero que sería una locura hacer cualquier movimiento de cualquier tipo".
