4 de septiembre de 2017, 11:59
Este domingo Pyonyang ha probado con éxito una bomba de hidrógeno que puede ser acoplada a un misil balístico intercontinental. Se trata de un nuevo intento por amedrentar a su máximo enemigo en estos momentos, Estados Unidos.
La tensión entre ambos va países no cesa, es más, va en aumento. Y, desde Washington, James Mattis, ha advertido de que cualquier ataque norcoreano sobre Estados Unidos o sobre sus aliados tendrá una "respuesta militar gigantesca".
En este sentido, Mattis ha dejado claro que no buscan la "aniquilación total de un país". Aunque, recuerda, "tenemos muchas opciones".