jueves. 28.03.2024

Cataluña

Se acerca una fecha crucial en el devenir de la historia común de nuestra Piel de Toro. Hay gustos y opiniones de todos y para todos, esto es perfecto en un país y estado de derecho, ejemplos tenemos, donde se respetan las diferentes opiniones y se dialoga. En España no. En España tenemos que enfrentarnos los unos y los otros por falta de dialogo y perdemos la conciencia y la educación. Las redes sociales arden con este tema. Todos queremos tener la razón y en este caso realmente nadie la tiene y todos la defienden, es como la verdad absoluta que nunca es patria de nadie. Los insultos van y vienen, los contracciones se suceden, la historia se reinventa, las ideas se prostituyen y los corderos en manada guardan su silencio o balan de resignación y tristeza. Pocos muy pocos, alzan una voz de concordia y cordura. El gobierno central, hasta la fecha actúa con una tibieza extemporánea cuando debería hacerlo o haberlo hecho, con una mano más abierta tiempo atrás y con dialogo realista, los partidos constitucionalistas están de acuerdo en el fondo para resolver el problema pero chocan en la forma y en la actitud galleguita del Presidente del Gobierno y del partido en el poder, ahora una cosa y la otra son parte del problema por no decir claramente “son  el problema”.   Cataluña y los catalanes, en realidad no son en sí mismo el problema, mirémoslo como lo miremos, hay catalanes que quieren su propio estado y otros que se sienten absolutamente españoles y catalanes, el problema reside en la obstinación, en la incomunicación entre los unos y otros, el gobierno central, y el autonómico los catalanes de las dos tendencias y todo abonado por una interpretación partidista y torticera de nuestra propia constitución, ni los catalanes separatistas lo son tanto como dicen pero se les ha hostigado y castigado a lo largo de muchos años, ni la constitución es tan estricta para no poder modificarse, en Europa hay muchos estados federales y en el mundo muchos más, estados en forma de república o monarquía, esta querida y respetada por los ciudadanos que ya gracias a las constituciones democráticas no son súbditos y aquí en nuestra pobre España estamos a cien años luz por visiones globales miopes, aún se está a tiempo de evitar salvajadas. ¿Será capaz el Gobierno Central y la Generalidad darse la mano y entenderse? Aun eso, no debemos olvidar que nuestras autonomías tienen hoy más competencias que algunos estados federados de Europa pero no hemos sabido ni vender la idea ni nuestra unidad histórica, bajo el paraguas de una enseña que muchos ignorando su esencia desdeñan.  Y así nos van cosas. País.

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