15 de septiembre de 2017, 17:28
El ‘hombre (o la mujer) del tiempo’ no se equivocaba. El agua en Mallorca está llegando hasta la cocina. El último viernes de verano ha vuelto a ser ‘el último viernes de verano’, con sus tormentas y sus calles anegadas de repente.
No era ni la hora de comer cuando la noche se apoderaba del día, los truenos era Trompetas de Jericó y se avecinaba el Juicio Final.
Por supuesto, colapso de las calles del centro y la zona ‘cuore’ como Algaida y alrededores como el sumidero de un lavabo.
Y esto puede estirar y encoger, según informa la Agencia Estatal de Meteorología, hasta las 18 horas de la tarde. Se prevé que las temperaturas bajen hasta los 14 grados en Palma y los 8 de mínima en Lluc.