Este domingo Catalunya ha vivido una jornada histórica por lo excepcional de la situación provocada por el referéndum ilegal. Según el Govern, apoyado con la participación de 2,2 millones de de personas que han acudido a depositar su papeleta. Siendo, por lo que han dicho Puigdemont y compañía, mayoría de independentistas. Y es que, según los datos que manejan, el 'sí' ha ganado con un 90% de apoyo.
En este sentido, el conseller de Presidència, Jordi Turull, se ha mostrado muy satisfecho con los resultados de la votación. Y, ha dicho, "ha ganado la democracia y ha ganado la gente que de manera pacífica la ha defendido".
Aunque, estas cifras hay o habría, al menos, que cogerlas con pinzas. Más si cabe, si tenemos en cuenta que, a falta de los datos definitivos, la participación ha sido inferior al 50% y cómo se han llevado a cabo las votaciones y recuento de votos -- personas, que según denuncia la Sociedad Civil Catalana, han votado varias veces en distintos colegios electorales, caída de la red que controlaba el censo, el propio Govern ejerciendo de autoridad electoral, etc.-- que han hecho del domingo una jornada electoral muy poco común.
Y que, de momento, ha servido solo a los independentistas y sus simpatizantes para exhibir su poder de convocatoria. Además de, para que los suyos sientan que son mayoría, dándoles alas y motivos para creer en una declarción unilateral de independencia que ya, a estas horas, nadie descarta. Sobre todo, tras la promesa de Puigdemont de declarar en los próximos días las república catalana.
