jueves. 28.03.2024

Defendiendo a Garzón, comprendiendo a Arregui, o la amplitud de un movimiento imparable

Izquierda Unida, no es un partido cualquiera, la amplitud de las posiciones, la capacidad de generar análisis a partir del materialismo histórico, de la sociología, de la literatura emancipadora, y a partir de las leyes de la propia dinámica de la política, así como una afiliación militante que se echa a la espalda su organización, su instrumento de liberación, son hechos que, generan y determinan un sinfín de matices y posiciones dentro de dicho movimiento social y político que llamamos Izquierda Unida. Así pues, como auténtico signo de la izquierda, nos gusta hacer gala da nuestra diversidad y pluralidad frente a los partidos monolitos y dirigidos a golpe de timón.

Como Secretario de Organización de Esquerra Unida de las Illes Balears, me veo motivado a aclarar una repetida polémica que se arraiga en especial en lo que llamamos la España periférica, o en los territorios de los llamados Països Catalans, o Països de Llengua Catalana. Me he cansado de oír barbaridades acerca de Alberto Garzón. Se le ha dicho de todo por parte de gente que será completamente de izquierdas, -no lo niego-, sin embargo, tal actitud completamente injusta, y reprobable, déjenme decirles compañeros “indepes”, es pegarse un tiro en el pie ante la única izquierda que los comprende y que ha remado, y rema por sus derechos de autodeterminación completamente legítimos. Se ha buscado descontextualizar frases, machacando los conceptos básicos del proceso comunicativo. Y se ha jugado a llamar a unos compañeros buenos, y revolucionarios y a otros reaccionarios, y españolazos. Nada más lejos de la realidad. Quizás la mayoría de la gente desconoce, que la postura de Federal de IU ante el tema de Catalunya es la postura marcada por los compañeros de EUiA, es decir, la de los compañeros como Nuet, Nuria Lozano, o Joan Mena, compañeros que han sido aplaudidos en redes por los indepes. No se entiende, o no se quiere entender, la postura de Garzón no es diferente, porque es un acuerdo federal. Pero el Coordinador General ha de hablarle a todo el Estado español, y resulta que según muchas encuestas, el conflicto catalán sólo le preocupa, -actualmente- al 7,8% de los españoles, obviamente, la gente tiene realidades materiales inmediatas que los embargan y preocupan mucho más. Cuando Alberto Garzón señala que no siente ningún afecto especial por ninguna bandera, y de forma muy astuta, e identitaria con el internacionalismo, signo histórico de la izquierda, nos sitúa al margen de las piraterías de las burgesias nacionales, sólo puedo decirle, gracias compañero Coordinador General.

Pero ello no quita, que muchos compañeros, que bien podrían quedar representados por la síntesis teórica que representa Alberto Arregui, también miembro de la Coordinadora Federal de IU, cuando señala eso de: “Al estallar el conflicto entre la reclamación de derechos democráticos por parte de Catalunya frente al Estado, existía una posibilidad de redención histórica de la izquierda española”. Que evidentemente no sabemos capitalizar, pero no por cerrazón, entiendo, sino por que la izquierda carece de musculo, cohesión y mecánica para abordar estos procesos de potencialidad revolucionaria. Y carecemos de tal fuerza, porque desde hace tiempo reducimos nuestras maquinarias de clase a meros espacios electorales. Pero creo que, hemos aprendido la lección histórica, y ahora toca revertebrar y reconstruir un movimiento transformador, de ruptura, y de radicalidad democrática a la altura del reto histórico al que nos enfrentamos. La conflictividad social seguirá ahí, solo nos tiene que pillar bien organizados.

Defendiendo a Garzón, comprendiendo a Arregui, o la amplitud de un movimiento imparable