jueves. 28.03.2024

El expárroco de Selva ha acudido a la última vista del juicio en el que se le acusa de abusos sexuales a una menor. En su turno de última palabra ha sido tajante. Ha negado los hechos y ha subrayado que siendo sacerdote ha oído "muchas barbaridades". Sin embargo, ha dicho, "nunca había oído tantas mentiras" como ahora. El acusado afirma que el denunciante le pidió 60.000 euros y que le dijo que le iba a "arruinar la vida con una campaña de prensa".

"Me ha hecho mucho daño a mi conciencia que un padre sea capaz de manipular a una hija de este modo", ha declarado el sacerdote.

Él atribuye la causa a que el padre de la menor le amenazó con denunciarle. "Si fuera usted el obispo", ha dicho al magistrado, "juraría sobre los santos evangelios que digo la verdad".

No tuvo, asegura, contacto físico con la menor

El sacerdote ha añadido que el "único contacto físico" que tuvo con la menor es cuando llegó con su padre y cuando se despidió. En ese momento, ha reconocido, le dio un beso al saludarle delante del padre.

En su última intervención, el acusado ha mantenido que el denunciante le pidió 60.000 euros. Además, ha añadido, le dijo que le iba a "arruinar la vida con una campaña de prensa".

También ha defendido que su asistenta escuchó y entendió esta conversación. No habla mallorquín, ha reconocido, pero algunas palabras son iguales en portugués, como la palabra 'hija'.

"Por nada del mundo metería a nadie en mi cama"

"Por nada del mundo hubiera metido a nadie en mi cama", ha concluido, recordando que en esos momentos estaba convaleciente por una operación.

"Me ha hecho mucho daño como persona y como sacerdote", ha declarado. "Si fuera culpable bajaría la cabeza y diría que he tenido esta debilidad", ha añadido. El juicio ha quedado visto para sentencia.

El expárroco de Selva niega los abusos: "Nunca había oído tantas mentiras"