jueves. 28.03.2024

Aparte del documental que grabó su nieta Camila Cela Marty, la hija de su único hijo Camilo José Cela Conde, que comienza precisamente en esta casa subiéndose a una escalera para poner debajo del nombre del nobel el de su abuela Rosario Conde con rotulador, poco más se ha hecho para mantener y potenciar el itinerario de un edificio tan importante en la vida del escritor y para una época de las letras españolas.

En el sótano del número 87 de Josep Villalonga, en el Terreno estaba la redacción de Papeles de Son Armandans, la revista de literatura de vital importancia en aquellos años cincuenta de falta de libertades y censura, y que el nobel utilizaba para dar voz a los olvidados por la dictadura, con la que él colaboraba de una u otra forma.

Autores en el exilio como Rafael Albertí, Max Aub, Américo Castro, Emilio Prados, Luis Cernuda o Manuel Altolaguirre publicaron sus artículos.

Una pequeña placa recuerda que allí vivió el nobel, cuya relación con Mallorca siempre ha sido por lo menos polémica.

Después de que le dieran el Nobel de Literatura en 1989 ya hubo sus más y sus menos con el Consell de Mallorca que pugnaba porque no se llevaran a Galicia la fama y renombre del escritor, a Iria Flavia, la aldea gallega donde nació y que alberga actualmente su museo y Fundación.

El final de sus días alejado de todo lo que le ataba a su familia más directa, su hijo y su nieta, también lo alejaron de los muchos años que pasó en la Isla y que se han reducido a la calle que lleva su nombre (la que sube a Bellver) y la pequeña placa en la casa dónde gestó lo que en aquellos tiempos suponía una gran ventana de libertad para muchos de los escritores denostados por el régimen del dictador Francisco Franco.

Una placa olvidada en una casa del nobel olvidado socialmente en Palma : Camilo José Cela