Augusta, una murciana en el stand de Baleares. Ese stand que va de feria en feria y que en Fitur amortizó una vez más sus asépticas instalaciones con las idas y venidas y abundante trasiego para hacer negocios, para presentar proyectos, para darse una vuelta para que le vean a uno, y para los clásicos 'canutazos' con el representante de turno del Gobierno central que visita el escaparate turístico de las Islas y que en este caso fue la ministra de Industria y Turismo, la vallisoletana Reyes Maroto, que recordó lo de los 10 millones de euros que hay en los Presupuestos Generales del Estado para proyectos de reconversión turística de la comunidad autónoma.
Y en todo este ir y venir allí estaba Augusta, murciana, de La Unión, una estudiante de cuarto de Periodismo en la Complutense, que trabaja en una empresa de catering, encargada de la máquina del café, la cara amable, sin duda, del stand balear.
Una futura periodista, que ya tiene ganado un buen trecho
Ir a la máquina que controlaba y manejaba a la perfección Augusta era como desconectar de los discursos con innumerables y tediosos lugares comunes que los políticos han memorizado e interiorizado como si de un mantra se tratara, olvidándose de que cuando un periodista escucha lo mismo cuatro veces desconecta por completo.
¿No tienen asesores que les asesoren?
Una pregunta retórica que algún periodista comentaba a la propia Augusta, que escuchaba y atendía sin perderse ni una cuando entre colegas se comentaba la precariedad en el sector o la falta de experiencia en muchas redacciones, en las que se han cargado casi toda la materia gris del periodismo.
Y allí estaba Augusta en su máquina de café, escuchando atentamente mientras contaba que había ido a una entrevista de trabajo en una empresa y que estaba dispuesta a cualquiera de las oportunidades que se le presentaran.
