viernes. 19.04.2024
Una fotografía de Caló des Moro encabeza el artículo
Una fotografía de Caló des Moro encabeza el artículo

Parece que a ‘The New York Times’ le gusta Mallorca. Dos meses después de publicar un artículo de la consulta no vinculante sobre el modelo de estado que se llevó a cabo en más de una docena de municipios de la Isla, el medio publicó este pasado jueves otro extenso reportaje. Firmado por la periodista Ingrid K. Williams, el texto es una guía con diferentes propuestas culturales para mostrar el «otro lado de esta sorprendente isla». Todo ello, en una visita exprés de 36 horas dividida en tres días: viernes, sábado y domingo.

"Mallorca es una isla a veces ridiculizada por ser un destino turístico barato para los visitantes que solo quieren ir de juerga, pero más allá de los meses de julio y agosto, es también un destino lleno de encantos urbanos, paisajes de antiguos olivares, pueblos de montaña y aguas turquesas, el otro lado de una sorprendente isla bañada por el sol", asegura el rotativo.

Viernes 

Williams arranca su paseo en el Castell de Bellver, donde anima a disfrutar de las vistas al mar y a la ciudad. Luego, recomienda visitar la Seu y pasear por el Parc de la Mar.

Por la tarde, recomienda recorrer el Passeig des Born y descubrir las tiendas y galerías de arte ocultas en las estrechas calles de Palma, citando galerías como la Gerhardt Braun Gallery, la Kewenig Gallery o la Galería Pelaires.

Y por la noche, nada más español que disfrutar de una cena de tapas por los bares del centro de Palma para saborear platos tan típicos como la tortilla de patata, los pimientos de padrón y las croquetas de jamón.

Sábado 

La periodista apuesta por empezar la segunda jornada con un buen desayuno en Ca’n Joan de s’Aigo. Tras coger fuerzas, Williams visita la Serra de Tramuntana, con una parada obligada en Valldemossa, en el refugio de Son Moragues, y luego seguir hasta Son Marroig y Deià. La autora sigue el trayecto hasta Sóller, donde aconseja a sus lectores comprar productos locales como sobrasada y, si es invierno, buñuelos.

Por la tarde, apunta una visita cultural a la Fundació Miró Mallorca, para conocer un poco mejor la historia y la obra de Joan Miró.

Domingo 

Para el último día, Williams aconseja ir a la playa. Pero no a cualquiera. La redactora cita el Parc Natural de Mondragó para pasear entre los pinares y bañarse en el agua cristalina. Y antes de volver a casa, un vermut y unas tapas, para regresar con un buen sabor de boca.

Lleno de pequeños grandes detalles

El artículo destaca por la gran precisión de los detalles descritos. Williams informa que en Ciutat está prohibido el alquiler turístico si bien fuera de Palma es muy fácil encontrar bonitos alojamientos en el portal Airbnb por unos cien euros al día.

También recomienda las copas del Clandestino Cocktail Club y las cervezas artesanas, marcas incluidas, de L'Orien.

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Qué hacer durante 36 horas en Mallorca, según The New York Times