viernes. 29.03.2024

La llegada del verano significa muchas cosas: sacar la ropa liviana del armario, refrescarse en la piscina, días interminables en la playa… Pero si hay algo que debería destacar por encima del resto, eso es el uso de un buen protector solar. La ciencia ha demostrado que exponernos largas horas al sol puede traer consecuencias terribles, por lo que protegerse la piel ante sus rayos de cara a prevenir posibles enfermedades es un imperativo en la salud del verano.

La mejor forma de prevención

Puede que la molestia directa de quemarse la piel sea motivo suficiente para dar uso a los protectores solares. Nadie quiere ir completamente rojo por la calle, ni tampoco sufrir cada vez que se da la vuelta en la cama. Por ello, cada verano son millones las personas que se lanzan al mercado en busca de la mejor de estas cremas.

Sin embargo, estas molestias o problemas son incomparables a las consecuencias que puede llegar a tener a largo plazo el hecho de maltratar nuestra piel ante el sol.

El melanoma es un cáncer de piel que tiene gran relación con la exposición de los pacientes al sol sin haber tenido protección. Es una enfermedad grave que puede acarrear consecuencias desastrosas; pero gracias a estas cremas (o sprays) se puede prevenir de forma muy efectiva.

Pero, como con la mayoría de los productos hoy en día, hay incontables posibilidades y variedades en el mercado. Hay que saber qué necesidades tiene nuestro cuerpo para poder elegir de forma acertada y conseguir que la protección, a todos los niveles, tenga la eficiencia que debería tener.

¿Qué protector solar debería comprar?

Cuando llega el momento de decidir, todos queremos tener en nuestro poder los mejores protectores solares; no obstante, los dermatólogos no han dado un veredicto al respecto, por lo que no queda otra que conocer en profundidad nuestras necesidades con respecto al sol.

En primer lugar, cabe destacar que el uso en la piel y en la cara no son iguales, por lo que requieren de dos compras totalmente diferentes. En cuanto a los de cuerpo, existen 5 fototipos de piel que van de más claro a más oscuro.

El número 1, relacionado con aquellos que nunca se llegan a broncear, pero que a su vez se queman con facilidad, se requiere una protección de entre 80 y 100. Por otro lado, los que se broncean muy despacio y siguen siendo propensos a las quemaduras, con un factor 80 deberían estar protegidos. El fototipo 3, último en quemarse con facilidad relativa, deberían utilizar como mínimo un factor 50.

En el otro lado de la balanza, están los fototipos 4, 5 y 6. Aquellos que, en escala, tienen de por sí una piel morena y no se queman prácticamente nunca. Estos deberían usar un protector solar que oscile entre el factor 30 y el factor 15.

Así pues, para conseguir el mejor protector solar, es necesario conocer el propio cuerpo. Por mucho que estemos horas y horas poniéndonos crema, es posible que nunca llegue a protegernos de la forma correcta si hemos elegido una opción con un factor por debajo de lo que necesitamos.

¿Cómo usar el protector de forma correcta?

Es triste saber que solo el 2’5% de los españoles se aplican bien la crema solar, teniendo en cuenta la gravedad que puede tener no hacerlo correctamente.

El mayor error cometido es el hecho de no ponerse el protector solar hasta el momento en el que están expuesto a este. Para que la aplicación surta su efecto de la manera en la que debería, es fundamental hacer la aplicación 30 minutos antes de salir de casa, ya que es el tiempo que tarda en empezar a hacer efecto.

Otro factor a tener en cuenta es la cantidad empleada. Un bote medio debería dar un máximo de entre 8 y 10 usos. Utilizar una cantidad generosa en cada ocasión es fundamental; así como extender dicha cantidad de una forma uniforme, dejando una marca blanca (a excepción de los transparentes) allí por dónde haya pasado. Si, por otro lado, se tiene un protector en spray, deberían aplicarse unas 9 pulverizaciones en cada aplicación.

Por último, ponte de nuevo crema solar cada dos horas. Los efectos de esta no duran para siempre y, sin importar si se está en el agua, bajo una sombrilla o si incluso el día está nublado, es crucial renovar la aplicación cada cierto margen de tiempo.

Diferentes tipos de protector solar

Además de la notable diferencia entre los fototipos de piel, existen también otras condiciones que marcarán tu decisión a la hora de comprar protector solar. No todos somos iguales y gracias al inmenso abanico de posibilidades que ofrece hoy en día el mercado, podemos encontrar lo que buscábamos.

Tener una piel grasa, víctima del acné, es una lucha constante entre miles de personas cada día. Por lo que cuando llega el verano y el sol, el mar y la ausencia de estrés hacen efecto y mejoran tu rostro, lo último que quieres es llenarlo de nuevo de las grasas que traer estos productos. Por suerte, puedes acceder a otro tipo de protectores solares que, gracias a su composición, no desmejorarán el estado del acné y te protegerán a su vez de los rayos del sol.

Otra posibilidad son aquellas pieles sensibles que pueden ser grandes víctimas de los rayos del sol. Son el foco principal de eczemas y manchas que pueden ser el primer indicativo de un posible melanoma. La responsabilidad de usar una crema acorde a este tipo de piel es muy alta, siendo así la gran arma de combate contra el cáncer de piel.

En cuanto a las pieles secas, saber qué protector solar comprar logrará que tengas siempre humectado el cuerpo y no cause un envejecimiento acelerado de esta. Mantener la piel hidratada es el principal objetivo de estas cremas solares, además claro está de la protección, lo que evitará el arrugamiento de la piel que conlleva la pérdida de colágeno.

Son muchas las opciones y variables a tener en cuenta. Pero, si existe una constante, esa es la de que nuestra piel requiere un cuidado de alto nivel.

Saber qué protector solar usar este verano: la mejor decisión para tu piel