jueves. 28.03.2024
Margarita Gil durante una de sus intervenciones en 'Todo es mentira'
Margarita Gil durante una de sus intervenciones en 'Todo es mentira'

Se llama Margarita Gil Baro. Tiene 84 años de edad y es natural de Jerez de la Frontera. Lleva toda su vida cosiendo. Ahora lo sigue haciendo pero no como un trabajo remunerado. Esta costurera elabora cada día 50 mascarillas para ayudar a los demás. No le importa que le duelan las manos. De hecho, tan solo le preocupa la falta de material para seguir aportando su granito de arena. Todo un ejemplo de solidaridad que ha visto la luz gracias al programa 'Todo es mentira' que presenta Risto Mejide en Cuatro. 

En su primera intervención, Margarita encandiló a la audiencia. Su mirada transmite esa ternura que ahora tanto extrañamos mientras sus palabras proceden de ese pozo de sabiduría que tan solo poseen los más mayores. Es la abuela que todos hemos tenido y a la que nos gustaría volver a ver para abrazar aunque solo fuera por una última vez.

Margarita Gil durante una de sus intervenciones en 'Todo es mentira' Margarita Gil durante una de sus intervenciones en 'Todo es mentira'

Todo un ejemplo

Margarita es una luchadora. Un fiel reflejo de su generación. Ella no mira por sus intereses. Lo hace por el bien común. Por sus hijos, 14 nietos y resto de familiares. Por sus amigos, vecinos y conocidos. Por todos.

“Estoy cosiendo desde las 9.30h a las 14.00h y desde las 16.00h a 21.00h. Las manos las tengo todo torcidas", aseguró Margarita en su debut televisivo en el que también advirtió de que “me faltan elásticos y tela y las tiendas están cerradas”.

Al día siguiente, este pasado martes, Risto Mejide volvió a conectar con Margarita para darle una gran sorpresa en forma de llamadas de apoyo. Y es que la gente se había volcado con su historia. “No puedo ni hablar”, decía mientras se secaba con un pañuelo.

Horas más tarde, la Guardia Civil y la Policía Local de Arcos de la Frontera se desplazó hasta su casa para dedicarle el aplauso de las 20:00 horas. “Creí que había un accidente y cuando salí a la ventana se me caían las lágrimas, no podía ni hablar”, ha comentado este miércoles la costurera en el programa.

“Te puedes creer que cuando se lo he contado a mi mujer esta mañana se ha puesto a llorar de la emoción sin haber visto las imágenes”, le ha reconocido Risto visiblemente emocionado.

El ejemplo de la abuelita Margarita